encontré el rastro de algas sin color ni aroma
el mar devolvía de sí, los frutos maduros a la tierra
así te recogeré yo algún día, pensaba antes
en el que tú me diste de oro a plata
el recuerdo de un silencio de humo y sudor
en aquel preciso instante
en su correcto y lujurioso momento
no digas nada
no hace falta...
no quieras oro...
disfruta y vive la plata...
que es tuya y fruto de tantas y tantas mareas
como aquellas algas...