martes, 24 de enero de 2017

Ilusión incestuosa


El armario donde acababa de encerrar a su muñeca estaba junto al suyo, donde guardaba las pelotas, el Tente, He Man y Skeletor. Le gustaba dormir con la doble fantasía de que el rubio bueno salvaría a su Barbie de madrugada con la dignísima oposición de la canina encapuchada y por otro lado la incestuosa ilusión de ser ella la rescatada y su hermano el héroe, inocentemente culpable dormía y callaba.
Aquel día en el juzgado, 40 años después dejó de callar y gritó de alegría mientras corría en búsqueda de aquel master del universo que resultó tener diferente ADN…

martes, 17 de enero de 2017

No llores más.



No quiero volver a verte nunca más llorando a escondidas, no consentiré que hagas una vida paralela a la mía saliendo temprano de puntillas de la cama, se acabó eso de llegar tan tarde oliendo a perfumes de otras casas, yo también tengo derecho a disfrutar de los niños y la maravillosa obligación de criarlos y educarlos mejor de lo que lo hicieron conmigo. No quiero más cerrojos en nuestra vida ni más candados en el mini bar, dame la llave y vamos a celebrar que estoy de vuelta, que mañana será otro día nuevo y diferente sin la primaveral incertidumbre meteorológica de todos estos años.

jueves, 12 de enero de 2017

Maderas y Hormonas



Para implorarle que vuelva a casa, agente, para eso vengo. Los pomos de las puertas de mi casa huelen a sus manos, las sábanas aunque las lave, tienen el aroma de su pelo, las tazas, los vasos y hasta los cubiertos tienen la huella de sus labios y trazas de su carmín. Todo mi cuerpo y en especial mi piel, se eriza cuando abro los armarios y me envuelve esa mezcla sutil de sudor,  perfume y el leve halo de su sexo desparramándose de las maderas a mis hormonas…igual que aquella maldita noche hacían sus dientes en el lavabo del baño…

lunes, 9 de enero de 2017

Rey incrédulo


¿Es que no tuviste bastante con aquellas voces gritando tu nombre? Gaspar! aquí!!!
Están enajenados sólo quieren caramelos y regalos…
¿Es que no es suficiente con toda la comida que nos dejan para nosotros y nuestros camellos? ¿Las palanganas con agua, los roscos de vino, turrón, polvorones el anís?
Eso seguro que es cosa de los padres…
¿No te vale con los ronquidos forzados que oímos cada vez que entramos en las casas?
Que no, que no, que no creo que exista la infancia, que son los padres…
Y apuran una botella de mirra en vaso de chupito de oro al olor del incienso…