Diferentes planes de huida a
París es justo lo que te planteo estúpido, le dijo ella mientras se quitaba el
velo de novia y corría tras él con el rumor de una horda de invitados
murmurando y gritando su nombre desde el fondo de la iglesia.
Ambos corrían hacia el parking en
algún sitio de la campiña francesa entre Conques y Narbonne, de vez en cuando
se daban abrazos torpes, de pasión desmedida acompañados de besos asíncronos y
miradas de asombro…
¿Qué haremos en París? Preguntó
él sentado ya al volante, no volver a perdernos, contestó ella…pero quítate el
alzacuellos que bastante escándalo hemos organizado ya…