martes, 28 de septiembre de 2010

Sin título I

un  vulgar mendigo pordiosero al que hiciste rey de mi reino
al que le diste de beber lo más profundo de mi cielo
al que dejaste tocar, hasta con los dedos, todos tus secretos
y besar nuestra deliciosa rutina, sus jugos y sus azúcares, todo sin miedo
y comer los frutos de mi destino y nuestro pasado imborrable, sin remordimientos
seré un día para tí, lo que no quisiste ver y soñaste mientras te daba la mano en noches frías y lluviosas
vendré de puntillas a tomarte sobre el cadáver caliente de aquel al que una noche de noviembre, sin mirar a los ojos matastE

No hay comentarios:

Publicar un comentario