lunes, 21 de septiembre de 2015

Rajoy y la boda de su compañero Maroto

         

Quien piense que en este post, voy a criticar a Rajoy, se confunde, no, no me he vuelto loco ni tampoco me he reconvertido.

Para mí, criticar a Rajoy era un hobby fantástico, un deporte en el que me resultaba fácil ganar, pero dejó de resultarme interesante el día que vi que toda la humanidad lo hace y además con razón, hasta los suyos…el caso es que hoy voy a defenderle, que no, que de verdad que no he perdido la cabeza todavía…

Estos días, estoy viendo, leyendo y escuchando muchas críticas al presidente del gobierno por haber compartido con un compañero de partido un rito con el que no está de acuerdo, veámoslo así, pero también digamos que ha aceptado una invitación a una fiesta, así de simple, una boda entre personas del mismo sexo.

En primer lugar, me sorprende que estas críticas procedan en su mayoría de sectores “tolerantes” de la sociedad, de personas que dicen creer tener pensamiento ¿libre?…suelen ser los más esclavos, sobre todo de sus palabras, no tanto de sus actos y verdaderos pensamientos.

Supongamos, por ejemplo (sólo son ejemplos) que soy animalista, si un amigo mío es torero y me invita a su alternativa, ¿no voy? ¿Está mi amor por los animales por encima de la amistad?

Si soy pacifista y a un amigo mío le condecoran como militar por sus actos heroicos en defensa de cualquier causa, ¿no voy? ¿Está mi anhelo por vivir en un mundo desmilitarizado por encima de la amistad?

Si soy agnóstico, ateo, musulmán o lo que sea diferente de cristiano apostólico y/u/o romano, y a un amigo mío lo hacen Papa, o simplemente se casa por la iglesia ¿no voy? ¿Está mi fe o la falta de ella por encima de la amistad?

Estoy muy cansado y aburrido de ver como se critica por hacer lo que sea con el único afán de criticar, estoy seguro de que los mismos que han criticado a Mariano (si se me permite) por esto, los mismos, le hubiesen criticado por lo contrario…

Igual que digo esto, digo que para criticarlo, hay cientos de miles de excusas mejores, pero, asistir a una fiesta donde dos personas se dicen “te quiero” en público, nunca es reprochable.


Compañeros, la tolerancia no se puede pedir ni esperar desde la intolerancia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario