Quien piense que en este post, voy a criticar a Rajoy, se confunde, no, no
me he vuelto loco ni tampoco me he reconvertido.
Para mí, criticar a Rajoy era un hobby fantástico, un deporte en el que me
resultaba fácil ganar, pero dejó de resultarme interesante el día que vi que
toda la humanidad lo hace y además con razón, hasta los suyos…el caso es que hoy voy a
defenderle, que no, que de verdad que no he perdido la cabeza todavía…
Estos días, estoy viendo, leyendo y escuchando muchas críticas al
presidente del gobierno por haber compartido con un compañero de partido un
rito con el que no está de acuerdo, veámoslo así, pero también digamos que ha
aceptado una invitación a una fiesta, así de simple, una boda entre personas del mismo sexo.
En primer lugar, me sorprende que estas críticas procedan en su mayoría de
sectores “tolerantes” de la sociedad, de personas que dicen creer tener
pensamiento ¿libre?…suelen ser los más esclavos, sobre todo de sus
palabras, no tanto de sus actos y verdaderos pensamientos.
Supongamos, por ejemplo (sólo son ejemplos) que soy animalista, si un amigo
mío es torero y me invita a su alternativa, ¿no voy? ¿Está mi amor por los
animales por encima de la amistad?
Si soy pacifista y a un amigo mío le condecoran como militar por sus actos heroicos en defensa de cualquier causa, ¿no voy? ¿Está mi anhelo por vivir en un mundo desmilitarizado
por encima de la amistad?
Si soy agnóstico, ateo, musulmán o lo que sea diferente de cristiano
apostólico y/u/o romano, y a un amigo mío lo hacen Papa, o simplemente se casa por la iglesia ¿no voy? ¿Está mi fe o
la falta de ella por encima de la amistad?
Estoy muy cansado y aburrido de ver como se critica por hacer lo que sea con el único afán de criticar,
estoy seguro de que los mismos que han criticado a Mariano (si se me permite) por
esto, los mismos, le hubiesen criticado por lo contrario…
Igual que digo
esto, digo que para criticarlo, hay cientos de miles de excusas mejores, pero, asistir
a una fiesta donde dos personas se dicen “te quiero” en público, nunca es
reprochable.
Compañeros, la tolerancia
no se puede pedir ni esperar desde la intolerancia.
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