miércoles, 26 de octubre de 2016

Despiste fatal…



Sigo observando mi trocito de cielo por el ojo de patio, mientras voy perdiendo el hilo de respiración que me queda y el viento ondea la ropa tendida en los cordeles. Amanece, estoy tumbada de manera ridícula en el suelo de la cocina sobre un charco de café, no es hora de morir tan temprano ni por supuesto forma. Al menos me queda el consuelo de que parezca un suicidio y que ese cerdo cargue con esta desgraciada vergüenza.
Ya sabía yo que no era buena idea meter el cianuro en el azucarero, siendo tan despistada como soy…

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