martes, 19 de octubre de 2010

A Mario B.

Déjame que te cuente querido Mario:
Me dice mengana, “insolente” y yo lo acepto, siempre confío en su acierto y sólo así no cometo fallos.
Que si orgulloso, soberbio o desvergonzado, aquí te escribo, en prosa repleta de versos, la luna, la noche, la poca luz, con voz tenue, los ojos salpican sueño y pican de insomnio.

Insolente, me dijo mengana mía, compañera de ínfulas y destellos de versos susurrados, sufridora y dulce, tenaz y serena, insolente me dijo o me llamo, no lo sé Mario, pero confío también en ti, en lo que decías sobre tu táctica y tu estrategia, nunca hubo mejor papel pintado que tus poemas en las paredes de un cuarto…

Raro, desusado, y extraño, quiero decirte algo Mario, mengano dulce, osado eterno, insolente este mengano que te escribe en prosa, porque vos, sos la poesía… 

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